Huellas

martes, 3 de abril de 2012

La creacion

El siguiente relato es uno de los tantos sueños que he tenido el placer de experimentar... y en vez de escribirlo para mi solo....comparto con ustedes estas experiencias extrañas.


En una aldea casi desolada, rodeada de hierba de un color verde enérgico, la oscuridad azotaba el mundo. Solo el fuego existía como único sustento de luz.

De esa aldea, en una choza que olía a tabaco… emergió un anciano de barbas largas; él echó a mirar ese oscuro plano que sumía su mundo agónico. Y en el medio de la nada aparecieron unos extraños seres, parecían calamares o medusas… estos navegaban en el aire, destellaban colores que los aldeanos no podían concebir en la realidad. Puesto que no había tales seres que reflejaran esos síntomas. De sus extensos tentáculos emanaban colores rosáceos y verdes centelleantes, junto con una luz que iluminaba todo el sitio. Los aldeanos comenzaron a mirar estrepitosamente los dibujos que hacían en el aire.
De repente el viejo anciano abre su boca; de alguna manera invitando a que uno de ellos hable. Y apresuradamente este ser luminoso se introduce en la boca del anciano, y automáticamente se cierran en un capullo que se seca… a los pocos segundos. Se abre tal como una flor, cual despeja pétalos de fuego anaranjados que gotean un líquido cristalino, de los pistilos nace una especie de esponja blanca diminuta que se eleva con el viento y planea hacia el oscuro plano.

Destellos aparecieron en él arriba, como si algo estuviera por caer…. Una especie de trazo se formo  creando un nuevo paisaje que teñía de costa a costa ese oscuro plano en celestes y azules… de ellas procedían unas siluetas esponjosas blancas que cubrían casi todo. Y de la nada… apareció la luz.. luz natural. El anciano miro hacia arriba y con voz clara dijo:Y así, es como se creó el cielo” 

Probablemente alguna gota de la flor de fuego cayó al suelo o quizás algo que haya incitado a generar otro estado nuevo… pues en ese mundo no existía el agua. Y se empezó a inundar todo el sitio, dejando a la aldea en una pequeña montaña de tierra seca, con algunos árboles y plantas, desolada en medio de esa masa acuática. Esa isla. El anciano entonces dijo: Y así, es como se creó el mar” 

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